domingo, 6 de octubre de 2013

A vueltas con Tàpies


Con permiso de Manuel Vicent

Como cada domingo leo con atención y deleite la columna que Manuel Vicent escribe en El País. Qué bien escribe, qué estilo tan fresco y vibrante; qué reflexiones tan llenas de sentido común… Hoy (6/10/2013), sin embargo, no entro en el fondo de “Rebeldía”, que dejo a la consideración de los lectores, y me centro en el siguiente párrafo:

“… no es el artista quien crea el arte; el verdadero creador es quien lo contempla. A partir de aquí ya vale todo. En cualquier basurero se hallan las mismas luces exquisitas que despide un cuadro de Matisse; el hierro de un garrote vil iluminado con luz cenital en el podido de una galería puede pasar por una escultura de Chillida o de Julio González; una pared sucia es un Tàpies si uno decide que así sea…”

                   Pues bien, sin intención de molestar al maestro Vicent y esperando que perdone mi atrevimiento, voy a cambiar los términos de su último ejemplo:
Un Tàpies puede pasar por una pared sucia, si uno decide que así sea.

 “Crearse un mundo a la medida con una mirada nueva puede aplicarse a todos los órdenes de la vida.”

 

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